sábado, 30 de agosto de 2008

El Erastés y el Eromenos

El amor es como una comedia, bien o mal escrita, y todos nacemos con los papeles repartidos. Todos, al nacer, traemos debajo del brazo el papel de protagonista o de antagonista, el papel de amante o el papel de amado. No de una manera rígida. El amante también se siente correspondido y el amado también corresponde. Pero esencialmente cada uno ya sabe, al nacer, cuál es su papel. Tiene que aprenderlo con certidumbre, tiene que asegurarse. Por supuesto que ese amante y ese amado luchan por el protagonismo de la comedia. Pero cada uno sabe cuál es su papel en esa batalla incruenta,...
Antonio Gala
Photobucket
El otro día fui a taco bell con unos amigos, luego de la típica visita a la califonia, cuando de pronto se gestó una de esas conversaciones filósoficas que suelen suceder a esas horas de la madrugada, y que son claramente ayudadas por algun cierto nivel de porcentaje etílico en la sangre de los participantes.
Hablabamos sobre el amor, relaciones de pareja, de amigos, etc, cuando un amigo salió con algo interesante que nunca había escuchado anteriormente (eso es dificil :p).
Dijo que en parte la cuestión se resumía en la paradoja del Erastés y el Eromenos, del amante y el amado. Que en cualquier relación siempre existía una persona que quería más que la otra, que daba vueltas alrededor de la otra.
Se supone que en una relación ideal ambos deberían darse vueltas el uno al otro, pero que esto resultaba una utopía, entonces el amante siempre daba vueltas esperando algun día ser el amado, cambiar de posición, pero que esto jamás sucedía, ¿Pues, quien en situación ventajosa va a desear cambiar su posición de privilegio?
Tal vez el punto más interesante del asunto fue escuchar que esta cuestión de dar vueltas al mismo tiempo solo se daba en relaciones de amistad real, de mejores amigos. Lo cual hace valorar más este tipo de relaciones y me hace preguntarme, si es que acaso esto además de muchas otras cosas no es algo primordial a la hora de elegir una pareja.
De hecho segun una amiga y yo hay 5 puntos esenciales, pero eso vendrá luego :p
Posteó dos textos que encontré investigando el tema que tienen que ver con todo este asunto:
"Hay una metáfora del amor en El Banquete: el amor de Alcibíades por Sócrates. El Erastés (el amante) sustituye al Erómenos (el amado), que produce el sentido del amor y permite ir del amor al deseo. Y en El Banquete es Sócrates el que va del amor al deseo. Es el Erastés (el amante), el que ama y desea, puesto que está marcado por algo que le falta, por lo que ama lo que no tiene, lo que le conduce al deseo. El Erastés es el que no tiene. El Erómenos (el amado) es el que tiene. Por lo que el Erastés desea lo que el otro tiene. Pero en El Banquete lo que está en juego es el saber. El Erastés (el amante) no sabe lo que le falta. El Erómenos (el amado) tampoco sabe lo que tiene. El amor padece de un no saber. El amante se dirige al amado (el Erastés al Erómenos, al objeto de amor). La metáfora del amor se produce del lado del amado, no del lado del amante. Porque a través de la metáfora del amor el amado se transforma en amante, pues el que es objeto de amor deviene amante, es decir, deseante. La metáfora del amor es metáfora del deseo. Porque el amado deviene deseante.

Sócrates no cae en la trampa de Alcibíades porque no cree tener el ágalma que Alcibíades le atribuye: la joya preciosa de la sabiduría. Por ello, Sócrates no es seducido por Alcibíades y se queda tranquilo ante la envestida del amor. El saber de Sócrates es que sabe que su belleza interior no es un objeto, sino el vacío mismo de saber que gesta el deseo de saber, la filosofía, cual impulso hacia la verdad que no se colma."

Extracto del relato “La balada del café triste”, de la norteamericana Carson McCullers
"En primer lugar, el amor es una experiencia común a dos personas. Pero el hecho de ser una experiencia común no quiere decir que sea una experiencia similar para las dos partes afectadas. Están el amante y el amado, y cada uno de ellos proviene de regiones distintas.

Con mucha frecuencia, el amado no es más que un estímulo para el amor acumulado durante años en el corazón del amante. No hay amante que no se dé cuenta de esto, con mayor o menor claridad; en el fondo, sabe que su amor es un amor solitario. Conoce entonces una soledad nueva y extraña, y ese conocimiento le hace sufrir. No le queda más remedio que una salida: alojar su amor en su corazón del mejor modo posible. Tiene que crearse un nuevo mundo interior, un mundo intenso, extraño y suficiente.

Permítasenos añadir que este amante no ha de ser necesariamente un joven que ahorra para un anillo de boda, puede ser un hombre, una mujer, un niño, cualquier criatura humana sobre la tierra. Y el amado puede presentarse bajo cualquier forma.

Las personas más inesperadas pueden ser un estímulo para el amor. Por ejemplo, un hombre que es ya abuelo que chochea, y sigue enamorado de una muchacha desconocida que vio una tarde en las calles de Cheehaw, hace veinte años. Un predicador puede estar enamorado de una perdida. El amado podrá ser un traidor, un imbécil o un degenerado, y el amante ve sus defectos como todo el mundo, pero su amor no se altera lo más mínimo por eso. La persona más mediocre puede ser objeto de un amor arrebatado, extravagante y bello como los lirios venenosos de las ciénagas. Un hombre bueno puede despertar una pasión violenta y baja, y en algún corazón puede nacer un cariño tierno y sencillo hacia un loco furioso. Es sólo el amante quien determina la valía y la cualidad de todo amor.

Por esta razón, la mayoría preferimos amar a ser amados. Casi todas las personas quieren ser amantes. Y la verdad es que, en el fondo, convertirse en amados resulta algo intolerable para muchos. El amado teme y odia al amante y con razón; pues el amante está siempre queriendo desnudar al amado, aunque esta experiencia no le cause más que dolor"
Photobucket

Pongo está canción no por nadie ni porque refleje nada de mi estado de animo, sino porque el último texto me recordó lo que para mi es una de las mejores frases de mi amigo Joaquín Sabina.

Amor se llama el juego
Año: 1992
Letra: Joaquín Sabina
Música: Joaquín Sabina
Disco: Física y Química (1992)

"amor se llama el juego
en el que un par de ciegos
juegan a hacerse daño.
y cada vez peor
y cada vez mas rotos
y cada vez mas tu
y cada vez mas yo
sin rastro de nosotros."

3 comentarios:

Anónimo dijo...

mas atinado a lo que esoty viviendo no podría estar.
me gustaria me pudieses sugerir libros sobre lo que hsa escrito.

necesito evitar pensar en el amor como algo sensitivo, y prefiero enfocarme en que es algo totalmente quimico y limitado.

muchas gracias

Anónimo dijo...

Muy interesante . Sobretodo por la inclusiòn del pàrrafo del inefable Mc Cuallers .

P.D. Ah! es la eMBestida del amor no la envestida . a lo mejor se puede editar .

Lautaro Ferrada Q. dijo...

Esto también puede aportar:

http://psicocorreo.blogspot.com/2012/04/mascarada-histerica.html

Buen post. Saludos