La carrera de nubes / Aprendiendo a volar

Las nubes tienen la particularidad de ser un objeto gaseoso que no lo parece.

Cirros, Nimbus, estratos, cumuloninbus, sin importar tamaño, clase o belleza, todas las nubes transmiten una solidez irreal.

Esa sensación de poder alcanzarlas, tocarlas y tomar un trozo con nuestras pequeñas manos.

La idea de que es simplemente posible el acostarnos en alguna y ser felices un ratito.

Lo que nos salva de no intentar cometer semejante atropello a la razón es la distancia a primera vista insalvable que existe entre nosotros y ellas.

Sin embargo para nuestra felicidad o desdicha cronopia el vuelo es también una condición humana. El elevarse al cielo no es para nada una habilidad confinada solamente a las aves, los insectos y bichejos similares que dominan el espacio aéreo.

Ahora! Es importante aclarar que este no es un talento que sepan utilizar todos los seres humanos. Algunos nacen tan pegados a la tierra que no creen siquiera en la posibilidad de elevarse, de buscar algo más.

De cualquier manera, el secreto para volar es bastante sencillo. Solo pueden hacerlo aquellos que no saben que tal cosa es ilógica.

Solamente aquellos seres humanos con fe en las cosas irracionales, confianza ciega e idealismos puros pueden realizar visitas ocasionales al cielo. De hecho estos seres flotan sin necesidad de intentarlo.

Y claro, sucede que una vez ubicados en el cielo, se inicia un juego completamente distinto. Porque volar no es algo tan simple, no, no, para nada, es necesario aprender a hacerlo.

Solo el hecho de volar y encontrarse frente a las famosas nubes, que antes parecían tan distantes, lejos de la seguridad de la tierra, crea una lucha intensa de sentimientos y emociones.

El cuerpo del humano que vuela segrega hormonas que mezclan la paz y felicidad que solo se siente cuando por fin se llega al término de una etapa, con aquellas creadas por la apoxia y el vértigo escalofriante.

Endorfinas, cortisol, adrenalina, dopamina, todas naciendo del sistema endocrino, excitando el ánimo y creando la ansiedad de aquel que conoce que está a las puertas de algo nuevo y desconocido. El estado normal de aquel que termina e inicia, que se mantiene y cambia.

Pero volviendo a las nubes, es claro que sería de necios negar que son algo bello para contemplar en las alturas.

De hecho es lo único que hace cambiar el paisaje celestial y rompe la monotonía existente entre el café de la tierra abajo y el infinito azul del cielo arriba.

Nubes y más nubes, de todos los tamaños y formas, pululan por doquier y nos miran mientras cantan una canción encantadora de la misma forma en que las sirenas lo intentaron con Ulises en su regreso a Ítaca y con Jason y su famosa tripulación de argonautas.

El problema ocurre cuando el pobre transeúnte de altura cae en el juego planteado por las nubes, si es que alguna vez hubo juego.

El cronopio flotante probablemente no posee más opción que el acercarse a ellas hechizado por la belleza hipnótica que emiten con su canto visual.

La contrariedad es que al ser las nubes algo tan etéreo, es imposible atrapar uno de estos seres. Todo se convierte al fin en un ciclo vital sin ningún sentido, donde el humano que jugó de angel queda atrapado en una carrera de nubes con la meta en el inicio.

El pobre cronopio se pasa su vida brincando de nube en nube creyendo que al fin podrá cazar alguna. Vuela como Icaro hacia el sol, compartiendo la suerte de este.

Pero todo se complica al doble, al añadir el conocimiento de que las nubes tampoco saben que son nubes y por ende gaseosas, ellas se creen sólidas!!, las pobres...

Una de las cosas de aprender a volar correctamente es el conocimiento de que la belleza es peligrosa, y el canto nubecino es tan falso y falto de solidez como el ente que lo produce.

Es de suma importancia no olvidar que las nubes no son más que gas condensado, el epitome del vacío para aquellos que existimos en un universo sólido, que tan solo representan la vieja batalla del Nihilismo y el existencialismo entre el cielo y la tierra.

Son Lindas si, pero vacias y sin sustancia. Por tanto solo debemos jugar con ellas hasta que sepamos entonar la melodía correcta y volar en la dirección que deseamos. Sino corremos el riesgo de perder el rumbo volando de nube en nube y jamás encontrar el lugar sobre el arcoiris donde se encuentra el vellocino de oro.

La canción de hoy es:

Pink Floyd
Learning to fly

Into the distance, a ribbon of black
Stretched to the point of no turning back
A flight of fancy on a windswept field
Standing alone my senses reeled
A fatal attraction is holding me fast
How can I escape this irresistible grasp?

Can't keep my eyes from the circling skies
Tongue-tied and twisted just an earthbound misfit, I

Ice is forming on the tips of my wings
Unheeded warnings, I thought I thought of everything
No navigator to find my way home
Unladen, empty and turned to stone

A soul intention, that's learning to fly
Condition grounded but determined to try
Can't keep my eyes from the circling skies
Tongue-tied and twisted just an earthbound misfit, I

Above the planet on a wing and a prayer,
My grubby halo, a vapour trail in the empty air
Across the clouds I see my shadow fly
Out of the corner of my watering eye
A dream unthreatened by the morning light
Could blow this soul right through the roof of the night

There's no sensation to compare with this
Suspended animation, a state of bliss
Can't keep my mind from the circling skies
Tongue-tied and twisted just an earthbound misfit, I

pd: Las fotos y el video las tomé en mi viaje de Boston a Costa Rica.